miércoles, 22 de diciembre de 2010

SISTEMA MEDUSA

Mediante la contracción y expansión rítmica de fibras musculares, las medusas son capaces de desplazarse, si bien esta capacidad de movimiento no es suficiente para evitar ser arrastradas por las corrientes y vientos, que en muchos casos las desplaza hasta la costa. Su cuerpo, constituido en más de un 95% por agua, tiene una densidad muy similar a la del medio marino, lo que facilita su flotabilidad.
La percepción química, luminosa o del movimiento en los cnidarios se realiza a través de células sensoriales repartidas por la superficie del cuerpo. En las medusas, tales receptores suelen concentrarse en unos órganos llamados ropalias, normalmente localizados en el borde de la umbrela.
El ciclo vital de una medusa típica se inicia con la fecundación externa (en la masa de agua) que se produce tras la expulsión de los gametos, en ocasiones hasta millones, por parte de medusas de ambos sexos (la mayoría de las especies de medusas son dioicas, es decir, poseen sexos separados). A partir del óvulo fecundado, se desarrolla una larva ciliada, llamada plánula, de vida libre y planctónica. A los pocos días se fija en el fondo, y se transforma en un pólipo. El pólipo, que puede perdurar varios meses, es asexuado y genera las larvas de medusas, denominadas éfiras. Tienen forma estrellada y alcanzan la madurez sexual al cabo de unos meses. Dependiendo de la especie, la medusa puede vivir entre seis meses y dos años.


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